Caza con escopeta el jabalí más grande de su vida: 130 kilos y unas navajas impresionantes

Manuel Antonio Silva, un cazador asturiano, nos ha contado la historia que hace poco le llevó a cazar el mejor jabalí de su vida cinegética. Fue el pasado 18 de noviembre durante una batida en Gijón, en el lote de Deva.
A primera hora de la mañana, Los 17 cazadores que formaban parte de la cuadrilla se fueron distribuyendo por el monte y a Manuel le tocó en la parte central del cazadero.
Rápidamente los perreros empezaron a mover las piezas. Uno de ellos vio este jabalí salir y avisó al cazador de que se trataba de un animal “grandísimo”. El guarro iba hacia arriba, en dirección contraria al puesto de Manuel, pero los perros le hicieron cambiar el rumbo y fue acercándose poco a poco.
A partir de ese momento, Manuel se mantuvo alerta ante cualquier sorpresa. Nos dice que el terreno apenas tenía visibilidad porque estaba repleto de helechos y maleza. Él, concretamente, estaba ubicado en un sitio muy cerrado, hasta el punto que tuvo que hacerse su propio camino entre las matas.
El animal iba corriendo hacia abajo, aunque Manuel no le veía el cuerpo, pero notaba cómo se iba moviendo entre la maleza. Pasó un rato y el guarro se iba acercando, hasta que apareció y se le puso a tiro. Debía ser un lance rápido antes de que el animal se escondiera de nuevo.
Dicho y hecho. Manuel apuntó con su escopeta, lo dejó cumplir unos instantes y disparó. “Cayó de forma instantánea y no se movió”, cuenta el cazador.
Unas navajas enormes
Cuando se acercaron al cuerpo, la sorpresa fue mayúscula. El jabalí era más grande de lo esperado. Según afirma Manuel Antonio pesaba más de 130 kilos y tenía unas navajas brutales, con más de 9 centímetros de longitud por fuera. Como mínimo, será medalla de plata según calcula Manuel.
Aunque es un veterano en la caza del jabalí, es el ejemplar más grande que este aficionado ha cazado en su vida. Asimismo, también se trata de uno de los mejores trofeos que se han abatido en muchos años en el coto.
Manuel nos cuenta también que les costó mucho mover el jabalí e hicieron falta cinco personas para poder sacarlo del monte. No es para menos, teniendo en cuenta el cuerpo del guarro y el complicado terreno donde fue el lance.